El origen de los huertos urbanos se remonta nada menos que a la Edad Media, en esta época y después de guerras, epidemias o catástrofes naturales, los señores feudales o terratenientes, prestaban, y no a cambio de nada, pequeños terrenos en las inmediaciones de las poblaciones a los campesinos mas desfavorecidos, los que no tenían tierras.
Así lograban por un lado, que los mas pobres pudiesen autoabastecerse mínimamente y por otro lado evitaban, en gran medida, revueltas sociales a causa de la penuria y el hambre.
Salvando las distancias, el recurso de los huertos urbanos ha ido apareciendo a lo largo de la historia, su aparición siempre ha estado vinculada a etapas de crisis económica.
A mediados del siglo XVIII, tiene origen en Gran Bretaña la Revolución Industrial, posteriormente se fue extendiendo por toda Europa. Se produce un éxodo masivo de población rural a las ciudades y llega un momento en que las fábricas no pueden dar trabajo a tan ingente multitud.
Para solventar esta situación, en algunos países se establecen acuerdos entre autoridades locales, la Iglesia y algunos propietarios de grandes tierras, para prestar pequeños terrenos con el fin de que la gente sin empleo pueda autoabastecerse mediante la explotación de su huerto urbano.
Ya en siglo XX, y después de las dos guerras mundiales, como de alguna que otra guerra civil, los huertos urbanos vuelven a tener gran relevancia en muchos países del mundo.
Son de vital importancia para mucha población que lo ha perdido todo y se convierten en la solución para su subsistencia.
A finales del siglo XX, allá por los años 80, los huertos urbanos adquieren otra dimensión, comienzan a utilizarse por corporaciones locales, esencialmente los ayuntamientos, como vehículo para la integración social y la educación medioambiental.
En la actualidad, disponer de un pequeño trozo de terreno, un patio o una terraza, es decir tener un huerto urbano, se ha convertido también en una actividad lúdica, donde el ser humano se desprende de tensiones, y llena horas de entretenimiento y satisfacción.
Además de obtener producción, claro esta.
Así lograban por un lado, que los mas pobres pudiesen autoabastecerse mínimamente y por otro lado evitaban, en gran medida, revueltas sociales a causa de la penuria y el hambre.
Salvando las distancias, el recurso de los huertos urbanos ha ido apareciendo a lo largo de la historia, su aparición siempre ha estado vinculada a etapas de crisis económica.
A mediados del siglo XVIII, tiene origen en Gran Bretaña la Revolución Industrial, posteriormente se fue extendiendo por toda Europa. Se produce un éxodo masivo de población rural a las ciudades y llega un momento en que las fábricas no pueden dar trabajo a tan ingente multitud.
Para solventar esta situación, en algunos países se establecen acuerdos entre autoridades locales, la Iglesia y algunos propietarios de grandes tierras, para prestar pequeños terrenos con el fin de que la gente sin empleo pueda autoabastecerse mediante la explotación de su huerto urbano.
Ya en siglo XX, y después de las dos guerras mundiales, como de alguna que otra guerra civil, los huertos urbanos vuelven a tener gran relevancia en muchos países del mundo.
Son de vital importancia para mucha población que lo ha perdido todo y se convierten en la solución para su subsistencia.
A finales del siglo XX, allá por los años 80, los huertos urbanos adquieren otra dimensión, comienzan a utilizarse por corporaciones locales, esencialmente los ayuntamientos, como vehículo para la integración social y la educación medioambiental.
En la actualidad, disponer de un pequeño trozo de terreno, un patio o una terraza, es decir tener un huerto urbano, se ha convertido también en una actividad lúdica, donde el ser humano se desprende de tensiones, y llena horas de entretenimiento y satisfacción.
Además de obtener producción, claro esta.
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