viernes, 27 de octubre de 2017

El cultivo de la lechuga

La lechuga,  pertenece a la familia de las compuestas, como la escarola, el cardo o la alcachofa.
Es un cultivo de clima templado-fresco, en invierno soporta bien temperaturas frías aunque si son demasiado duras hay que protegerlas mediante manta térmica, plástico o cultivarlas en invernadero.  En verano con temperaturas superiores a los 27-28º tienden a espigarse rápidamente, por lo que interesa reservar para su cultivo, una exposición de sombra.
Sin duda, es en primavera y otoño cuando encuentran las condiciones climatológicas mas 
adecuadas para su mejor desarrollo, admitiendo perfectamente una exposición soleada.
                                                                                                                                          
La siembra puede realizarse en semillero y posteriormente cuando las plantitas tengan 6 hojas y una altura de 8-10 cm trasplantarlas a su lugar definitivo.
Y también se puede sembrar directamente en el huerto.
Las semillas se cubren ligeramente, con apenas 2-3 mm, y es necesario humedad constante en el suelo para que puedan germinar.

El marco de plantación mínimo es de 30x30 cm, es decir 30 cm entre las hileras y 30 cm entre las plantas.

La lechuga prefiere un suelo ligero, no prospera bien en suelos arcillosos y compactos. 
Que retenga cierto grado de humedad pero evitando el encharcamiento, para ello es necesario que tenga buen drenaje. 
Necesita un suelo fértil,  rico en nutrientes, especialmente en nitrógeno.
Conviene aportar materia orgánica antes de plantar, el humus de lombriz es muy aconsejable, ya que ademas de ser rico en nutrientes retiene muy bien la humedad.

El riego es muy importante en el cultivo de la lechuga, agradece tener humedad constante en el suelo, para ello conviene dar riegos cortos pero frecuentes. En épocas de calor requieren prácticamente riego diario.

La recolección se puede hacer desde que son pequeñas y muy tiernas hasta que han desarrollado completamente su tamaño. Se corta la lechuga a ras de suelo o se arranca fácilmente ya que su sistema radicular es pequeño.   Según la variedad, el desarrollo del cultivo oscila entre 30 y 60 días desde que las trasplantamos hasta que las cosechamos.                  



Existen muchas variedades de lechugas :
Batavia, trocadero o iceberg, se desarrollan formando un cogollo. 
Romana, oreja de burro o hoja de roble, desarrollan hojas alargadas y el nervio central es mas grueso.
Rúcula, canónigos o escarola, se desarrollan con sus hojas sueltas.



Las plagas mas frecuentes en el cultivo de la lechuga son :
Pulgón, para eliminarlos lavar bien las hojas con jabón potásico y seguidamente aplicamos aceite de Neem. Otra opción también ecológica es pulverizar las hojas con purín de ortigas.
Si la plaga persiste, aplicamos tratamiento químico con insecticida sistémico Imidacloprid.
Caracoles y babosas, control manual retirándolos del huerto, pero si la plaga es grande aplicamos tratamiento ecológico con antilimacos.  Es un cebo que actúa bloqueando el sistema digestivo, dejan de comer, se retiran a sus escondrijos y mueren por inanición.
Pájaros que se comen las hojas tiernas, sobre todo cuando las plantas son pequeñas. Esto tiene fácil solución, simplemente cubrir el espacio del cultivo con una malla antipájaros.

Las enfermedades mas habituales :

Mildiu, es un hongo que provoca la aparición de manchas amarillas en el haz de las hojas, que se van tornando a marrón, mientras que en el envés aparece un polvillo grisáceo.
Tratamiento ecológico preventivo pulverizando las hojas con cola de caballo, y curativo con oxicloruro de cobre.
Botrytis, produce manchas de color amarillo que posteriormente se cubren de un moho gris. Ante los primeros indicios, conviene reducir el riego y por tanto la humedad en la superficie del suelo, además eliminar las hojas que tengan signos de estar afectada por el hongo. Si con esto no fuera suficiente habrá que administrar un fungicida específico.


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